Datos técnicos:
Arquitecto: Fernando Menis
Emplazamiento: Puerto de la Cruz, Tenerife. Spain 28°25’06.6″N 16°33’06.2″W
Programa: Urbanístico. Ordenación Puerto Marítimo.
Estructura: Hormigón.
Materiales: Hormigón.
Fecha de concurso: 2004.
Estado: 2016 Anteproyecto.
Área Parque Maritimo: 82.000 m2.
Presupuesto: 36.508.185 €.
Premios:
2004 1º premio Concurso para la Redacción del Plan Especial de Ordenación del puerto de Puerto de la Cruz
2007 1º Premio Concurso para Proyecto de urbanización del puerto de Puerto de la Cruz
Idea principal del proyecto:
El Puerto de la Cruz es una ciudad del norte de la isla de Tenerife de 40.000 habitantes aproximadamente. Una de las primeras ciudades turísticas que se desarrollaron en las Islas Canarias en los años 60. La ciudad del Puerto de la Cruz siempre ha sido un ejemplo en la historia del turismo de Canarias como pionera del desarrollo turístico pero en la actualidad es un destino turístico maduro y experto que ha sufrido las consecuencias de tiempo y necesita una renovación para recuperar el pulso perdido. Menis arquitectos ganó en 2004 el concurso público que se convocó al efecto y comenzó entonces a desarrollar el proyecto para el Waterfront del Puerto de la Cruz, aún en discusión, que es en parte de renovación y en parte de nueva planta.
Es un proyecto en el que sociedad de la isla tiene puestas grandes esperanzas y ha generado un intenso y largo debate social que hizo al arquitecto plantearse numerosas preguntas: ¿Cómo es posible conjugar los diferentes intereses que existen en el lugar?, ¿cómo potenciar al tiempo las zonas comerciales abiertas existentes en el Puerto de la Cruz con el desarrollo de nuevas zonas comerciales?, ¿cómo respetar la ciudad histórica y a la vez dejar una huella del siglo XXI?
Menis diseña un nuevo encuentro de la ciudad y el mar. Rehabilita la traza histórica del borde marítimo de la ciudad devolviendo el mar a su lugar de partida, reconstruyendo el paisaje vernáculo. El proyecto tiene en cuenta el crecimiento continuo y gradual de la estructura histórica de la ciudad, acerca a los ciudadanos al mar de manera orgánica y flexible incorporando las cualidades del lugar e incluyendo la recuperación de un paisaje coherente con la tradición vernácula insular de moldear naturalmente la costa para su uso por el hombre y coherente con la convicción de la importancia de la calidad de los espacios públicos.
El proyecto responde al carácter de la isla Tenerife y sus paisajes norteños, con sus bordes marítimos rocosos y volcánicos, sus caletas y playas de arena negra, creando algo nuevo que enriquece lo existente y aporta la calidad y la modernización adecuadas para un destino turístico europeo.
Mantiene la ubicación original de la línea del mar que privilegió la estrecha relación histórica entre el mar y la ciudad, e incluso la potencia al proponer calmar el mar, a menudo áspero en el norte de la isla, sin tener que crear una laguna muerta, sino encauzando con maestría, la corriente natural del Atlántico, construyendo una capa de agua con un ancho que varía entre 25 y 40 metros que supondrá además la creación de dos nuevas primeras líneas de costa en la ciudad. Una hacia la Corriente (con vistas al Teide) y otra hacia el Puerto. Esa doble primera línea es además de gran valor económico. Se crean capas de paisaje a través de las cuales va administrándose el programa, optimizando los espacios públicos y dándoles altos valores de calidad urbana, al tiempo que reduce, en cada gesto, el impacto que todo ello podría tener en el frágil trazado histórico de la ciudad. Estos espacios ligan, con suave rotundidad, los valores históricos y las necesidades actuales del Puerto de la Cruz, eliminando todos los elementos innecesarios o agresivos del paisaje urbano que existen actualmente en ese lugar, desde las vallas publicitarias hasta el mobiliario redundante, limitando la presencia del automóvil y amortiguando con vegetación los errores del pasado; una arquitectura de lo esencial, que valora la continuidad física e histórica de la ciudad en su encuentro con el mar.
Aprovechando la próxima creación de un puerto cercano, se propone la regeneración completa de la totalidad de la línea de costa en el entorno del conjunto histórico, que, junto con un nuevo espacio multifuncional paralelo a esa línea costera, logrará una regeneración urbana a gran escala, dando continuidad a las calles más importantes de esta zona de la ciudad, como la calle Mequinéz, que volverá a llegar hasta el borde del agua. La explicación biológica y científica de cómo funciona la corriente también será un atractivo añadido que pudiera ser de interés para los turistas.
Detrás de esta capa de agua y paralela a ella, edificios de usos múltiples se han diseñado para transformar el puerto en toda una nueva área pública para ofrecer ocio y actividades económicas. El programa de este conjunto es más que una simple mezcla de funciones; el objetivo es lograr una conexión orgánica real entre la antigua red de la ciudad y el puerto; El conjunto contendrá: plazas, paseos públicos, un centro comercial, gastronomía, una escuela de vela y deportes náuticos, un beach-club, jardínes, parking, un mirador 360º, restaurantes, un auditorio al aire libre, y mercados gastronómicos.
El diseño de Menis incluye una nueva playa como una extensión de Playa Jardín diseñada por César Manrique en 1992. Con una serie de características en el diseño que la distinguen de cualquier otra existente en la isla: es un mirador natural privilegiado ya que se divisa desde ella la espectacular montaña volcánica del Teide. Por otra parte, debido a que está orientada al sur, sus usuarios estarán protegidos de los vientos fríos (los alisios) y las grandes olas; el baño será accesible y fácil durante todo el año. El nuevo dique de abrigo del puerto servirá para «apoyar» la playa, lo que hace que sea una construcción sostenible y low cost, que ayuda a mantener la arena en su lugar de una manera natural. Se utiliza la arena volcánica negra local. Entre la playa y la ciudad, habrá una capa de vegetación que integra arboles y arboles-farola con energía solar.