«MENIS es más»
Venecia, hasta finales de noviembre, es el parnaso de la arquitectura contemporánea, un oasis de pabellones nacionales desafiando la crisis inmobiliaria y el desinterés de algunos gobiernos por las artes y la cultura. Entre los autores seleccionados en la bienal de esta meca, hay un canario que se consolida, Fernando Menis, confirmando una navegación consecuente de todos los mares, que lo lleva de Pájara a Torun, de Fuerteventura a Polonia, con sendos auditorios. La travesía de este nómada valiente que se juega los garbanzos en la élite midiéndose con los grandes egos (su admirado Norman Foster, en lo más alto) en concursos de ideas y proyectos sin reparar en fronteras dibuja a un creador de hormigón, inasequible al desaliento. La soledad de Menis, salido de una isla, alzándose en el aire para hacer una torre en Taiwán, mientras aguarda a que haya presupuesto, en la orgía de recortes, para acabar una iglesia en Los Majuelos, le describe como el eremita global que pasa los días de piedra. Sus edificios todavía no hablan, pero llevan grabada la mirada de un arquitecto que narra relieves extraídos de espacios que ayuda a asomarse al exterior. Menis alcanza aquí su madurez. La instalación Into the Wall (Dentro del Muro), que ofrece en la XIII Bienal de Arquitectura de Venecia (titulada Common Ground, Territorios Comunes), recuerda parte del catálogo del estudio del creador canario. Su teatro-auditorio de Polonia, sometido a continuas versiones, es su mayor test actualmente: como todas las historias de auditorios (aquella de Calatrava en Tenerife), la obra se reinventa y va camino de revolucionar el género con soluciones de polivalencia inéditas. Tenemos de Menis el Magma, cuando lo dirigió desde el estudio AMP, o la rehabilitación de El Tanque, que es uno de sus tótems más correspondidos por la crítica. Tenemos plazas, piscinas, iglesias y parques de su cosecha, y algunos libros fundamentales para historiar documentalmente el esplendor de un oficio en unas islas que tutean a los arquitectos estrella con sus propios arquitectos. En la bienal plástica de Venecia de 2007, Piensa con los sentidos. Siente con la mente, tuve la sensación de que la ciudad-isla se dejaba hundir meditabunda en sus aguas (por cierto turbias) bajo el peso de las colas de la gente agolpadas ante las exposiciones y los eventi collateralli de la muestra. Diré que me sedujo el trazo audiovisual de Bill Viola sobre la vida como océano humano inagotable. Ahora, en esta bienal de arquitectura, Venecia se disfraza en un carnaval de favelas verticales y edificios inteligentes. Aquí, en este SpainLab de las vanguardias, está un arquitecto canario, entre el centenar de convocados, consagrándose. Menis es más.