Parque Cultural Viera y Clavijo

Rehabilitación adaptativa de un espacio cultural y paisajístico emblemático de Santa Cruz de Tenerife

 

Situación: C/ Republica Dominicana, 1, 38006, Santa Cruz de Tenerife

Arquitecto: Fernando Menis

Cliente: Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife

Estatuto: en construcción

Año proyecto: 2022

 

 

El Parque Cultural Viera y Clavijo, un complejo formado por una antigua iglesia construida por monjas centroeuropeas en 1903 y el jardín que la acompaña, fue reutilizado como la primera escuela para niñas de Tenerife, el Colegio de la Asunción, operativo hasta 1978. El edificio es por lo tanto parte esencial de la identidad y memoria colectiva de Santa Cruz de Tenerife, además de ser el único ejemplo de edificio religioso neogótico de la ciudad. Por todo ello, ha sido catalogado como patrimonio cultural protegido desde 1986 y ha sido utilizado con fines culturales y educativos, pero finalmente fue cerrado y gravemente dañado por años de abandono.

 

El patrimonio natural del lugar es tan importante como su patrimonio cultural, con algunas joyas botánicas como su imponente Ceiba (Ceiba Pentandra, especie natural originaria de América Latina que llegó a Canarias con las primeras expediciones de Cristóbal Colón a principios del siglo XVI), cuya copa se extiende sobre un diámetro de más de 20 m. El parque alberga también una flora biodiversa, propia del litoral canario, entre la que el transeúnte podrá encontrar algunas obras de arte contemporáneo, como la invaluable escultura en bronce La Femme Bouteille de Joan Miró, que fue donada a la ciudad a mediados de los años 1970.

 

El  Parque Viera y Clavijo está situado en el borde del principal barranco de la ciudad, el Barranco de Santos que conduce el agua de las lluvias al mar. Nos proponemos reconectar el entorno natural con el edificado, mediante un trabajo de recuperación de la biodiversidad de la orilla del río, a la vez que ampliando el parque hacia el barranco y creando vistas al Océano Atlántico gracias a una plaza ligeramente elevada por encima de la altura de los edificios circundantes.

 

A pesar de encontrarse en la confluencia de varias circulaciones urbanas clave de Santa Cruz de Tenerife, uniendo su parte baja (el barranco) con una de las vías de entrada a la ciudad, el lugar había quedado aislado del resto de la ciudad debido al crecimiento urbano, a los altos muros perimetrales del parque, a las aceras estrechas alrededor y a la vecindad del barranco. Uno de los objetivos de nuestro proyecto es abrir y reconectar el parque a la ciudad empezando por la demolición del muro que lo separa de la Avenida de la Asunción.

 

La idea central del proyecto de rehabilitación es preservar tanto el edificio neogótico existente como el entorno natural (la vegetación, el barranco y la topografía) y al mismo tiempo incorporar el encargo del cliente, que requiere ampliar el espacio bajo tierra. El objetivo es sanear tanto el edificio como la vegetación en preparación para el intenso uso público que tendrán en el futuro. La masa verde se ampliará con más de 500 árboles y especies autóctonas que recuperarán el hábitat natural original de modo que, tras su renovación, el Parque Cultural Viera y Clavijo será un espacio público verde de 15.000 m2 en el centro de la ciudad. .

 

La intervención será la mínima necesaria, aunque basada en actuaciones estratégicas encaminadas a hacer de todo el recinto un refugio climático y punto de encuentro para los vecinos y turistas de Santa Cruz de Tenerife. El edificio histórico será reutilizado para salas de exposiciones y actividades relacionas; una nueva plaza pública se convertirá en un escenario permanente frente al barrio histórico y al mar, y el parque existente se ampliará en forma de anillo verde. Además, se plantará un pequeño bosque de Ceibas para acompañar al ejemplar original.

 

La filosofía de la arquitectura Km0 se aplica aquí como estrategia económica y de sostenibilidad: todo está diseñado de tal modo que se puedan utilizar exclusivamente materiales, técnicas, empresas y artesanía locales. Se prioriza la economía circular mediante el uso de árido reciclado, piedra caliza y picón (piedra volcánica local). Los nuevos muros incorporarán «Hatching», un sistema innovador concebido por Fernando Menis basado en el uso de la energía natural, que combina 16 elementos naturales como la luz del día, los vientos alisios para la ventilación cruzada y la recolección de agua de lluvia para el riego de la flora. Por otro lado, se utilizarán materiales duraderos que envejecerán bien y que permitirán un mantenimiento de bajo costo a largo plazo.